La libertad de la humanidad


Los anarquistas socializados y humanitarios nos dicen que la libertad de un Individuo termina donde comienza la del otro, la del ""prójimo""; ¿De que libertad se trata y que libertad debo respetar?, ¿no será, acaso, que esa libertad del otro supone un potencial perjuicio y por ende un inminente ejercicio de autoridad y opresión contra la mía (mi libertad)? ¿Quién dictamina o determina y porqué que es el momento (o las circunstancias) de la "conclusión" de mi libertad? ¿Qué es la libertad? La libertad es un enorme fantasma que diría Stirner pues no es homogénea ni estándar pues este es un concepto vacuo, carente de sentido lógico y que responde a múltiples formas subjetivas de conceptuar, tantas formas subjetivas como habitantes existen en el globo y son "se dice pronto" unos siete mil millones de habitantes; A juicio de estos anarquistas sociales, nuestra libertad es preceptiva a la de la humanidad,  bajo la lógica de una perspectiva anarco humanitaria  un Individuo no es libre hasta que la humanidad lo sea o al menos hasta el establecimiento de una sociedad anarco comunista  regida por el régimen del bien común y un sistema de equidad, un sistema de equidad que coarta y condena mis pretensiones, que me condena a las migajas y frena mis pretensiones voluptuosas y el desarrollo y la potencialización  de mis capacidades.

Miles de millones de seres que comprenden la raza humana tienen deseos irrefutables e indudables de ser libres y de seguir siendo libres, libres para explotar, para masacrar campesinos en América Latina que se oponen a proyectos de expansión industrial en tierras protegidas, libres para explotar sexualmente a mujeres por lucro económico, para emplear mano de obra barata y precaria, para castigar con azotes y lapidaciones  a quienes desertan o se salen de los milímetros de leyes fundamentalistas medievales,  a quienes se sirven de la prostituida "legalidad vigente" para cometer todo tipo de tropelías que en algunos estados son la persecución a las mujeres y el hostigamiento a los homosexuales, para condenar a músicos por cantar contra los regímenes de los estados en los que residen; libres también para traficar drogas y causar matanzas entre adversarios sumiendo en el terror poblaciones enteras, libres para explotar, libres quieren ser también los banqueros para sumir en la pobreza a muchas familias e individualidades con sus criminales políticas capitalistas

 ¡Ah! que excluimos a todos ellos de la humanidad y la conceptuamos a una determinación más precisa, pues todo no se puede y los anarco humanitarios se caen por el propio peso de su mentira y ya hablamos de otro asunto; no obstante es un oxímoron la libertad de la humanidad pues la humanidad comprende, como decía, a miles de millones de personas en el planeta, no sólo "las que a mi me interesan" y la humanidad, su generis, es amorfa, superflua, es masa y tiene como cuerpo de doctrina natural la servidumbre y la esclavitud voluntaria y feliz; los hay "igualmente" que pretenden su libertad, seguir siendo libres para seguir ejerciendo de nobles y modélicos ciudadanos y de súbditos de la democracia, de elementos parapoliciales como los que en la época más cruda de esta pandemia han estado recriminando desde sus terrazas a quienes se daban un paseo "más largo del normal" con el perro o a quienes daban varias vueltas a la manzana con una barra de pan bajo el brazo. ¿Mi libertad, por tanto, termina en donde comienza la del demócrata, la del ejemplar ciudadano, la del explotador, quizás la del proxeneta, la del banquero para ? Tengo muy claro que la libertad es en si, un fantasma, algo abstracto pero, en todo caso, mi libertad, como decía Enzo Martucci, concluirá en donde se detenga mi fuerza o cuanto menos en la consecución de mis objetivos o las circunstancias que yo mismo precise sin ninguna tipología de influencia moral externa. 


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