La autoridad del rebaño


La filosofía del rebaño, la autoridad del rebaño será siempre factible y posible pues pastores y ovejas se necesitan mutuamente, los pastores serían inconcebibles sin sus rebaños y los rebaños serían inconcebibles sin sus señores pastores, es una intensa relación de reciprocidad que funciona en un perfecto binomio; las ovejas, incapaces (voluntariosamente o no) de regir los hilos y destinos de sus propias vidas, cargados interiormente de inseguridades, temores y complejos, sin una "fe" depositada en si mismos, necesitan a la causa, se subordinan por tanto a la causa y al pastor que se encarga de inocular y administrar la adhesión leal e inquebrantable a dicha causa, en nombre esta de un ente todavía más superior; el pastor acomete la labor de máximo administrador, de juez y también de verdugo para velar de la buena adhesión a la causa y la no disensión del dogma sobre el que se asienta la causa, el pastor, por tanto, ejerce la autoridad en la causa y la autoridad y el pastor no son necesariamente el equivalente al estado y sus gobernantes:  la causa del estado, de la sociedad, de lo comunitario, de la moral, de la horizontalidad, la causa religiosa... todas estas causas se definen por un mismo patrón que es el de la autoridad del gregarismo, se persiguen y estigmatizan los objetivos individuales, las disensiones personales, el pensamiento propio, el auto conocimiento, se estigmatiza y condena a la vanidad, la ambición, la lujuria, la disensión, el estudio y la profundización al margen de los dogmas, de todo dogma, el dogma  democrático, el ateo, el religioso, el totalitario, el dogma humanitario, el liberal, el democrático, el igualitario, el solidario y el de la reciprocidad entre semejantes, el dogma de de la fraternidad y del apoyo mutuo, de los derechos, también el dogma anarquista de corte socializado que profesa que tu libertad acaba en donde comienza la de tu prójimo por tanto estás condenado a seguir encadenado hasta que tu presunto ""semejante"" pueda romper sus cadenas; de la misma manera la bondad, la efímera equidad, la redención, el arrepentimiento, la culpa, la humildad, la obediencia, la sencillez, la mediocridad  la pobreza, lo colectivo, lo homogéneo, lo vacuo,  la carencia de objetivos y metas grandilocuentes, el perdón, la caristia, la beneficencia, la indigencia, la auto-humillación, son, de hecho conceptuados como cualidades humanas a la vez que se criminalizan las pretensiones superiores, el auto conocimiento o la conquista  privilegios aunque estos no sean obtenidos mediante la explotación humana; los anarquistas convencionales y socializados no escapan ni mucho menos a la autoridad del rebaño y sus respectivos pastores; la autoridad del rebaño es un patrón común denominador que se da en grupos religiosos, en el estado, partidos políticos, organizaciones sindicales y también en las colectividades anarquistas, en este ultimo caso ejercen de pastores las asambleas, las decisiones "horizontales", las "coordinadoras"  y los supuestos portavoces que son los que realmente mueven el cotarro. En toda esta exposición, los anarquistas individualistas somos burdamente caricaturizados como seres huraños, insolidarios, que nos encerramos en nuestra torre de marfil e incluso de semiburgueses por el mero motivo de enfatizar nuestra autonomía personal en contra de los pastores y los rebaños.

Las diferencias existentes lo son de marco y forma pero se puede decir y concluir que ateos, marxistas, socialistas, derechistas, liberales, humanistas y anarquistas (socializados) están todos ellos nutridos por la misma sustancia de homogeneidad subyacente. El "hombre" masa-rebaño, sumido en la mediocridad, que en su fuero interno rechaza pero no tiene valor ni juicio crítico para romper las cadenas de su amo; echará pestes, difamará y tergiversará maliciosamente la realidad contra quien toma las riendas de su vida y evolucionará alzándose en la conquista de objetivos y metas personales, cosechando éxitos y en un afán y espíritu de constante auto superación. El hombre mediocre, esa imprescindible pieza de la causa gregaria no quiere la auto evolución pero también rechaza la evolución y la mejora de quienes están cerca suya pero fuera de los rediles de la causa, rechaza a quienes hacen de una causa a si mismos, es mediocre y gregario, pero no quiere ser el el único mediocre, quiere ver sucumbidos a los demás en el rebaño y no basta con su sumisión irrefutable pues de hecho tratará de lavarte el cerebro, de someterte con respecto a las bondades de la causa, te recriminará el "ir por libre", tiene encomendada la tarea de entregar las carnes de los libres  a sus preciados pastores y amos superiores.

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