EL ROL DEL EGOÍSTA

 

El egoísta es estigmatizado conforme a esa burda caricaturización de un ser "desalmado" carente de toda empatía y pasando por encima de quien haga falta con tal de obtener una ventaja o conquistar un objetivo; pretenciosamente también dicen que se trata de alguien que omite y aborrece los sentimientos de los demás con tal de saldar una auto gratificación, pero rompiendo en pedazos estereotipos banales el egoísta se encuadra en el obrar del interés de su propia Individualidad, el egoísta por tanto no ama a ningún prójimo, el egoísta no trata al "prójimo" en "como le gustaría que le tratasen a el" sino , en la lógica de la reciprocidad, en función de como está siendo tratado por el "semejante" o como le va a tratar, mucho menos pone "la otra mejilla"; el egoísta siempre determinará lo que pueda convenir mejor a sus respectivos intereses individuales, ya sean en momentos provisionales como de forma permanente, por ejemplo una "estratégica" afiliación sindical, a una idea, una causa o una adhesión a algún tipo reclamo social, municipal (reclamo de espacios infantiles para llevar a tu hija a jugar cerca de casa, el cierre de planta de residuos del que emana fuerte olor y que se presupone de alta toxicidad...) No existe en el egoísmo una interpretación dogmática u homogénea, no es uniforme ni estructural pues el egoísmo siempre "obedece" únicamente a la razón subjetiva del Individuo, a cada ego, al Ego propio, e incluso a una razón subjetiva que pueda darse de una manera meramente circunstancial; esto es, que la anteriormente citada hipotética afiliación sindical o adhesión a una causa municipal, social o de barrio, han podido ser validas esta mañana pero descartadas esta misma tarde por el mismo sujeto egoísta que , quizás incluso, pudiese volver a ser reconsiderada para esta misma noche. En el asunto laboral, la "solidaridad de clase" y la "lucha de los compañeros" está igualmente muy impregnada de interés egoísta, esto cierto es que lo podemos encauzar desde diversas concepciones como fuesen de una naturaleza egoísta inconsciente, o involuntaria pero en la figura que nos atañe, la del egoísta consciente, el egoísta cava su propia trinchera en esa huelga o piquete para exigir y conquistar ciertas reclamaciones laborales, el egoísta es consciente (valga la redundancia) de tener que unificar su lucha por la obtención de ciertos beneficios personales (dejar de trabajar los Sábados, aumento de salario, pago del plus de nocturnidad o lo que sea) pero si "mañana" este egoísta abandona su puesto de trabajo por la razón que sea, el egoísta y como es evidente ya no contemplará el motivo personal y circunstancial que le impuso unirse con "afines" y aliados (estratégicos y circunstanciales) ya que siempre va a actuar para Si Mismo, el interés de su Yo, en su auto satisfacción; por "el Yo" me refiero a todo ser viviente, al Individuo en carne y hueso no a ninguna entidad superflua y fantasmal como alma o espíritu, y todos sus movimientos y maniobras confluirán siempre en tal inalterable pretensión. El egoísta renuncia a vivir abnegado a cambio de una ciega y absurda felicidad de la humanidad que no le aporten nada en la construcción de su persona y el afrontar de la cotidianeidad de su día a día; el egoísta determina y actúa en su interés y en la consecución de su propia felicidad dotándose de los medios y criterios que considere apropiados.

El egoísta nunca se subordina a cualquier causa, a ninguna causa porque el es su propio causa, es el egoísta quien se hace dueño de la causa, la hace suya, la causa puede ser temporal o permanente pero ante todo la hace propia y no es la causa la que se adueña de el, el es propietario de la causa y tan pronto como se abraza a ella la puede dejar o aparcar, después de aparcar su causa la puede volver a recuperar y asú sucesivamente si esta causa es motor supremo de su felicidad y estabilidad emocional probablemente la haga suya de manera permanente pero por encima de todo nunca será la causa la que neutralizará al Individuo, la que hará suyo al Individuo, es por ello que el Individuo no pertenece a la Causa, sino que es la Causa la que pertenece al Individuo, el Individuo en su egoíca condición la hace suya por lo que le reporta, hace sentir y beneficia; Un sentimiento "por la tierra" en la que ha nacido, ha crecido o de donde se tienen los ascendentes, incluso la afición por un club de fútbol, no a la mierda del fútbol negocio actual, sino a la identidad e historia con lo que se pueda identificar, son causas legítimas para el egoísta, pues aportan en el sentimientos de emoción, le producen placer y le despachan felicidad. Ningún ser humano puede negar la adhesión personal y natural al egoísmo, a su egoísmo; por ejemplo, las "personas" no nos interrelacionamos como personas per sé (de ahí las comillas) sino como roles sociales en función de nuestras circunstancias, actuaciones profesionales, aficiones; por ejemplo ese mismo desconocido con el que te abrazaste tras la euforia desatada en la grada por el gol de vuestro club de fútbol (que tenéis en común) o esa persona con que coincidiste e intercambiaste impresiones en una feria de aeromodelismo, puede ser "mañana" quien está sentado al otro lado de la mesa de un frío despacho en esa tensa entrevista de trabajo que tienes prevista en agenda; "ayer" el interés egoísta de cada uno de esos sujetos era esa afición futbolera o el aeromodelismo en el cual os "retroalimentáis" mutuamente, "mañana" los roles son en la concepción del bastardo explotador y el aspirante a explotado proletario.

No existe un sólo ser humano que pueda negar su egoísta condición tanto de una manera u otra; incluso en los ataques yihadistas hoy día tan habituales en Occidente los sentimientos de tristeza y rabias generalizadas lo son por una efervescencia egoísta que emana desde nuestros propios fueros emocionales bajo el sustrato "empático" emocional de "podría haber sido yo" o por afinidad a nuestros allegados más preciados "podrían haber sido mis padres", "mis hijos", "siempre paseamos por esa calle"; se hace una "radiografía" de la situación y se sitúa al hipotético yo y al daño que si mismo se hubiese podido causar y por ello esas victimas son un perfecto espejo para si mismo; tanto por sufrimiento propio como por el daño emocional que sufriríamos si nuestros seres queridos hubiesen sido los dañados en este ataque. "

León Darío

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